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14,25 €El dÃa que SaÃda llegó, a mà me pareció que se le habÃan perdido todas las palabras. Asà que intenté buscarlas por los rincones, esquinas, agujeros, cajones, descosidos... para ver si entre ellas y yo le borrábamos las lágrimas que le asomaban entre las pestañas largas y el silencio espeso.
El dÃa que SaÃda llegó, papá me explicó que, seguramente, mi amiga no habÃa perdido todas sus palabras, sino que a lo mejor no las habÃa querido sacar porque eran distintas a las de aquÃ.
-En Marruecos -dijo- a ti tampoco te servirÃan las tuyas.
Asà me enteré de que en el paÃs de SaÃda se hablaba un idioma diferente al nuestro: el árabe.